La seguridad en el hogar es importante para poder vivir con tranquilidad. Es la forma de descansar y disfrutar con la familia sin tener que estar pensando que algo malo puede llegar a suceder. Sin embargo, no siempre se sabe cuál es el método de seguridad más eficaz para cada caso. Es lo que abordaremos a continuación.
Opciones para la seguridad en el hogar
Hay muchas formas de analizar los mecanismos de seguridad. Una de ellas es a través de su obsolescencia, es decir, de la durabilidad en el tiempo que cada uno puede llegar a tener. En este sentido, veamos cuánto resiste cada método.
Hasta un año
Hay métodos de seguridad que se encuentran muy por debajo de los índices de efectividad. Son los que suelen además tener una durabilidad menor. En ocasiones, las personas apuestan a ellos como consecuencia de sus precios generalmente más bajos. Sin embargo, pueden requerir una inversión constante, una vez al año, debido a su obsolescencia veloz.
Hasta tres años
Dentro de los sistemas de seguridad que no suelen durar más de tres años, encontramos las alarmas. La obsolescencia de las alarmas es puramente tecnológica y se requiere de mucho conocimiento para poder reconocer los problemas que pueden experimentar.
Hasta cinco años
Las llaves especiales y los escudos de seguridad son una buena inversión a mediano plazo. Pueden tener una duración de aproximadamente cinco años, no resultando tampoco demasiado costosos, por lo que puede ser una buena alternativa de inversión.
Hasta diez años
Finalmente, hay métodos de seguridad que representan una inversión de excelencia, tanto por su calidad como por su durabilidad. Entre ellos, destacamos las cajas fuertes y las puertas blindadas. Se trata de apuestas a largo plazo que pueden ofrecer excelentes resultados y tranquilidad.
¿Alarmas o puertas blindadas?
Dentro de los métodos más clásicos, la pregunta tiene que ver con la elección entre las alarmas de seguridad y las puertas blindadas. ¿Cuál conviene?
Más allá de su durabilidad, sabemos que las alarmas son mecanismos de seguridad por excelencia, aplicados en una infinidad de rubros, espacios, comercios y viviendas. Esto se debe a que tienen una gran capacidad para desalentar las entraderas y los intentos de robo. Cuando la alarma se activa, tanto la persona a cargo del lugar, como sus vecinos y como la policía, se enteran. Eso tiende a generar que las personas dispuestas a robar desistan de la idea.
Por su parte, la puerta blindada ofrece la resistencia física que la casa necesita para evitar que una situación violenta pueda llegar a darse. Es una manera por excelencia para reducir considerablemente las posibilidades y los riesgos de situaciones violentas y la posibilidad de que el delincuente ingrese dentro de la propiedad.
En resumen la puerta blindada evita el ingreso a la propiedad, y la alarma es lo que da aviso de que algo esta pasando.
Debido a esto, la respuesta no parece difícil. Se necesita un sistema de seguridad que sea capaz de evitar que los delincuentes ingresen a la vivienda, a la oficina o al negocio. Pero, además, para proteger a las personas que están adentro o disuadir de continuar intentando, se necesita un sistema que comunique la situación, que avise a la familia, a los dueños, a los vecinos y a la policía.
Entonces, la mejor respuesta es: ambas. Alarma y puerta blindada para mayor seguridad y para una vida tranquila.